martes, 31 de mayo de 2011

Conciliacion de la vida laboral

Una de las cosas con las que tiene que lidiar una madre que quiere aportar su dinero en casa, y más en estos tiempos, es conciliar la vida laboral. ¿La Conciliación de la vida Laboral es una realidad o un mito? yo creo y no debo de ser la única que cree que no sólo es un mito, sino que es una manera de tenernos engañadas, atentas y consoladas un poco más cada día, con la esperanza de que se materialice ese sueño. Pero desde mi reflexión, desde la reflexión que me aporta mi formación como antropóloga, el planteamiento en sí es engañoso. Hubo una supuesta "liberación de la mujer" que como resultado nos ha dado el que tengamos que hacer el trabajo de madres más el de trabajadoras en alguna empresa o negocio. ¿Es esto vida? ¿Es vida estar sintiéndote culpable por dejar a tu niño en la guardería cuando tiene cuatro meses y culpable por no ser útil a la sociedad si decides no incorporarte al trabajo o no encuentras uno? La liberación de la mujer en este sentido ha sido en realidad el encadenamiento de la mujer a una lluvia de emociones encontradas en donde difícilmente hallará conciliación o cierta armonía... ¿y entonces? Para mí como madre reciente que soy y como estudiosa de otras culturas y costumbres e interesada por mirar atrás en la Historia veo que la cosa tendría que ser de otra manera. No voy a decir nada original pero merece la pena plantearlo. La verdadera conciliación de la vida laboral es que yo cargue con mi bebe a  mi espalda mientras doy masaje y que nadie lo vea raro. O que me lleve a mi niño al trabajo y esté junto a mí mientras hago mis tareas. Por supuesto que será incómodo y extraño al principio pero esa sí es una integración real. En las reuniones de madres lactantes las asesoras tienen hijos que en mitad de un curso las interrumpen para enseñarles una hormiga o pedirles un poco de leche, es decir de teta. No nos resulta inapropiado. Comprendemos lo que ocurre. Pero la sociedad esta masculinizada, con una prioridad netamente práctica y aisladora. Las mujeres somos constructoras de vínculos, de redes, pero hemos olvidado como se construyen y cual es la esencia.

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